Tu miembro me erotiza,
me excita, me enciende.
Cuando cabalgo sobre él,
se deshacen todas mis angustias.
Me asfixio de éxtasis,
cuando me penetras tan hondo,
tan salvaje.
Me transportas a un viaje de placer,
y de fuego, que arde por todo mi cuerpo.
Veo que tú también te excitas,
y me pongo loca, no me reconozco.
Se parece a la misma muerte,
de todas las ideas delirantes,
que se hallan en mi cabeza.
Todo es lujuria, sin temores,
ni recaudos.
Somos dos lobos comiéndonos ,
hasta las entrañas.
Todo parece tan mágico,
que las tragedias anunciadas,
por todos los profetas,
se desvanecen sobre un colchón.
Y te muerdo, y me muerdes,
y te entrego mi flor en celo,
y la conviertes en un estallido silencioso.
Esto sí, que se parece a la lujuria,
deseo y más deseo.
Esa es nuestra meta.
Llegar juntos al orgasmo y bañarnos,
de extensa pasión.