miércoles, 30 de noviembre de 2011

Licencia para olvidar



6 am: ¿Darío donde estás?

8 am: ¿Darío vas a regresar?

10 am: Adela deja de pensar, pensar y pensar que Darío va a volver. No te das cuenta que ya pasaron casi tres años y no sabes nada de el. Como te dijo el tipo de la línea telefónica de ayuda al que siempre llamas: “Darío es un fugitivo y no le gustan los compromisos”.

Pero Ángel  yo lo sigo amando y encima para olvidarme probé de todo: meditación, yoga, parapente en el Himalaya, pinchar la foto de la hija de puta por la cual me dejo, salir ocasionalmente con distintos hombres que fueron tan estúpidos y tan poco cordiales que hicieron que a Darío yo lo tenga como el hombre perfecto.

Ángel escuchame, el se bancó lo peor de mi. Ahora quiero que viva lo mejor junto a mi, sea de la manera que sea. Pero lo necesito, ¿me entendes?

Si Adela…. te entiendo que cuando estuviste internada por esa pancreatitis el estuvo a tu lado, pero el amor en un momento muere, como morimos todos. Es una mierda que queres que te diga. Como hermano tuyo me hace mal verte así repitiendo el nombre “Darío” hasta cuando vas a hacer pis. Pero tenes que conformarte con lo que hay.

Si con la soledad Ángel,  con la soledad, ¡no puedo olvidarme de el!

(Y Adela se fue al baño)….

¿Darío me queres?

5 pm: Voy a escribirle un mail a Darío

6 pm: ¿Por qué le mande el maldito mail?

8 pm: Voy a mandarle un mensaje de texto

9 pm: ¡Mierda!, ¿por qué le mande el mensaje?

10 pm: Voy a soñar con que Darío regresa

Hace lo que quieras Adela ya me tenes podrido, yo voy a mi casa. ¡Ah!, acordate que mañana se te acaba la licencia que pediste en el trabajo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¡Guiso de lentejas!

Yo supuse de antemano el hecho de que hubieses vivido peor en otro lugar pero nunca entendì o predije porquè te sentìs tan bien en un sitio como este o sea en tu cama. Y suena el despertador con un chillido tan insoportable como una chicharra.
Amalia se estruja los ojos, se quita las lagañas separàndose los ojos que de tanto dormir les habian quedado pegados. ¡Noooo!, pero ¡maldita sea!, es el cumpleaños de Seba y no le hice ninguna sorpresa, tampoco le comprè un regalo, ¡por Dios!. Esto de trabajar toda la noche hace tres años seguidos me està haciendo muy pero muy mal, si fuese Seba mi vecino, compañero, o amigo soportarìa no haberle comprado nada. Pero es mi marido hace cinco años. ¿Lo entenderà?. Bueno si no lo entiende que se mate, hoy le preparo la cena y listo, creo que voy a quedar bien y ni cuenta se va a dar del regalo, ya que cocinar como nunca lo hago, en evidencia es todo un regalo.
Al fin se levantò de la cama, ya tenia todo arreglado. Se dio un buen baño y saliò de compras para la cena de Seba. ¿Pueden creer que estuvo todo el bendito dìa cocinando?. El tema es que Amalia tardaba para todo, era muy lenta por no decir lenteja que es lo que se le ocurriò preparar esa noche, si, nada mas ni nada menos que ¡Guiso de Lentejas!, era invierno en ese entonces, asi que màs perfecto y simple....imposible.
Para este entonces eran las siete de la tarde, ella debìa ir a trabajar al bar, asi que notificò al jefe su inasistencia en el dìa de la fecha porque estaba descompuesta. Porque si obviamente dejaba un dia de trabajo tenìa que ser por algo importante, y lo del cumple de Seba no iba a funcionar con su jefe.
Amalia entonces puso mùsica bien relajante, y empezò primero por maquillarse, luego por probarse que vestido eligiria (y todo por un ¡Guiso de Lentejas!), zapatos bien altos, con plataformas, perfume por aqui, perfume por allà. Y....¡Listo!. Eran las nueve de la noche para este entonces Seba debìa venir enseguida y ya todo estaba preparado para su llegada al home sweet home.
En eso suena el celular de Amalia. Hola mi vida, ¿como estàs?. ¡Feliz cumple amor!, tengo una sorpresa para vos. Ah...este...mirà mi vida, no te llamè antes porque no pude por el trabajo,  sabes que esto de ser taxista es complicado mucha gente loca por todos lados, pero los muchachos me invitaron a tomar unas cervezas y no se los pude negar, ademàs me regalaron un montòn de cosas que cuando llegue a casa te cuento. Mañana si queres lo festejamos los dos solos, hoy no puedo decirle que no a los muchachos.
Amalia para estas alturas no estaba escuchando nada en absoluto a su marido,  estaba focalizada en el ¡Guiso de Lentejas! que se comeria ella sola con su perro por mera intuiciòn.
Bueno amor no te hagas problema si, si, lo dejamos para mañana, ¡que te diviertas eh!, ¡pasala lindo!. Gracias por entenderme mi vida te amo mas que nunca, no me esperes temprano porque viste los muchachos son de tiro largo. Si, si, quedate tranquilo, chau.
Amalia yo te dirìa que tires ese ¡Guiso de lentejas! por el inodoro y te vayas a dormir.

Tu presencia

Todos los días, espero que sean las cinco de la tarde, para, así, escuchar tu voz.   Llevás más de cien días de encierro, fue tu c...