Tu sexo erotiza mi piel,
la convierte en llamas ardientes,
de deseo.
Basta que me digas una sola
palabra apócrifa, para sumergirme
entera en el éxtasis de tu fuego.
Me perviertes, me corrompes,
me asfixias, me condenas,
a esta pasión desgarradora,
de sentirme tu esclava,
en esta noche.
La noche se enciende de placer,
mis gemidos rompen ventanas,
y tu miembro me lleva a la locura.
No pares de poseerme,
no me obligues a aniquilarte,
de pasión.
Tu sexo me puede,
me hace tiritar de escalofríos,
que terminan con un orgasmo.
No me dejes sola,
en este juego de placer,
que me seduce tan plácidamente.
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