Cuando me eyaculas,
tan profundo, siento
nacer un inexorable deseo
de morderte todo.
Me excitas tanto…
que mi sexo se enfurece,
con cada orgasmo.
Te amo tanto,
que los mismos gurúes,
de todos los siglos,
no pueden entenderme.
Con cada latido de tu corazón,
mi cuerpo pide más.
La insoportable pasión,
con la que nos amamos,
hace eco de envidia,
en todos los seres.
Es que tu cuerpo,
es mi adicción y
mis muslos tu obsesión.