Beber de tu miel,
es llegar al éxtasis,
de los mismos dioses.
Acorralarte en mi boca,
y hacerte sentir el placer inexorable,
del deseo,
es para mí, sumergirme en los abismos,
de los placeres consensuados por mi deseo,
de hacerte un hombre feliz.
Beber de tu néctar,
es llegar a sentir la máxima expresión,
de la pasión.
Quiero, hombre,
hacerte sentir mil orgasmos,
en mi boca que te espera abierta,
para consumar el deseo.
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