Cantando al unísono,
nuestros cuerpos flaquean,
no se necesita sexo,
sólo la conjunción de dos almas,
entregadas a la creación.
Te amo por tu forma de ser,
tan creativa, altiva y elocuaz.
Nuestras voces suenan,
y nada nos interrumpe,
nada pasa alrededor.
Sólo nos dejamos llevar,
así, cómo haciéndonos el amor,
entre letras conocidas.
Y el orgasmo acontece,
entre acorde y acorde.
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