miércoles, 24 de octubre de 2018

Ser





Agrietada en mil silencios,
confundida en millones de letargos,
adolorida en mi vientre de
cristal malherido, por la fuerza
de la inhumanidad.

Lloriqueando por los rincones
del mundo adverso.

Sosteniendo mi cabeza convulsa
de mil demonios que me poseen
por completa.

Indispuesta de vanidades y
egos encarnados como cuchillas
sobre mis espaldas y en mi mente,
profanando la clandestinidad de
mis versos.

Así estoy, agrietada, confundida
y adolorida por mi propia culpa,
de querer ser y no poder.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Los inadaptados




Y ahí está él,
desafiando las leyes del destino,
olfateando en lugares oscuros,
buscando la cura a la ignorancia
amando pausadamente a una
poeta.

Y ahí está ella,
desangrándose de amor
buceando en mares bravíos
naufragando en el poder de
lo incierto de sus letras.

Ahí están ellos,
¿Acaso no los ves?.

Se están amando,
apresurando el tiempo,
aletargando el encuentro,
hechizándose en cada voz.

Ahí están ellos,
los inadaptados de este amor
que no encuentra consuelo.

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Una palabra



Y no estás
Y no estoy
No estamos.

No estás
para mentirme.

No estoy para
desdecirme.

No estamos para
convertirnos en cristales.

Estamos rotos,
ajenos, enajenados,
confundidos, indecibles.

Así estamos,
sin decirnos, siquiera,
una palabra.



domingo, 2 de septiembre de 2018

La ferocidad del lenguaje



Vociferan letras veloces
dentro de mi cabeza
dejando atrás los adoctrinamientos
sensatos de un país devastado.

Llueven letras feroces
en mi intelecto, lejos de
razonamientos voraces
pertenecientes
 al capitalismo actual.

Salpican ideas perturbadoras
dentro de mi poca mentalidad
que hospicia  parangones poco
críticos de la vorágine del
mundo intelectual.

Vociferan, llueven, salpican
letras suspicaces tratando de
eliminar la muerte de un sistema
colapsado por la incertidumbre.

lunes, 13 de agosto de 2018

El desamparo





No les seas tan indiferente
a mis ojos, que se mueren,
por verte.

No les seas tan esquivo
a mis labios, que ya se muerden solos,
por imaginar besarte.

No estés a la defensiva de mi corazón
que late,  tan sólo late, de tanto
amarte.

No huyas de mi cuerpo que se
desenreda y enreda, solo, en mi lecho
de tanto desearte.

No me seas indiferente, amor,
no llegues tarde a nuestra cita,
que se me mueren los sentidos
de tan sólo imaginarnos juntos,
amándonos,
y que la angustia de una vez y para siempre
a mi corazón,  desampare.

Tu presencia

Todos los días, espero que sean las cinco de la tarde, para, así, escuchar tu voz.   Llevás más de cien días de encierro, fue tu c...