miércoles, 24 de octubre de 2018

Ser





Agrietada en mil silencios,
confundida en millones de letargos,
adolorida en mi vientre de
cristal malherido, por la fuerza
de la inhumanidad.

Lloriqueando por los rincones
del mundo adverso.

Sosteniendo mi cabeza convulsa
de mil demonios que me poseen
por completa.

Indispuesta de vanidades y
egos encarnados como cuchillas
sobre mis espaldas y en mi mente,
profanando la clandestinidad de
mis versos.

Así estoy, agrietada, confundida
y adolorida por mi propia culpa,
de querer ser y no poder.

1 comentario:

Tu presencia

Todos los días, espero que sean las cinco de la tarde, para, así, escuchar tu voz.   Llevás más de cien días de encierro, fue tu c...