El demonio que llevas dentro,
me obnubila.
Me vuelvo una total pecadora,
ante el altar de tu cuerpo.
El procaz orgasmo que me
generas, con tan sólo penetrarme,
me hace explotar de deseo.
Es que tu demonio y
mi demonio, hacen juegos
sexuales con nuestros
cuerpos, y nos provocan
la mayor de las astucias de
nuestra pasión desbordada.
Quiero pertenecer al
séptimo infierno de Dante,
por tan sólo una eyaculación tuya.
Dame de tu pecado,
concédeme la desdicha
generada por tu adicción.
Que seré toda tuya,
toda tuya,
con el demonio que llevas dentro.
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