El inmenso dolor,
que llevas dentro,
hace entumecer,
a toda mi alma.
El hostigamiento,
hacia tu persona,
perfora cada una,
de mis partículas.
El desasosiego con
el que te enfrentas
diariamente es atroz
y no tiene ningún doblez.
Cuánta fuerza erizas
de tus llagas que se
convierten en manantial
para tantos.
Tu fuerza es arrolladora
y tú carácter se impone
en cada discurso.
Que tus labios, nunca
dejen de pronunciar victorias
y tus puños se vistan de
pelea ante tal atropello
devastador del destino,
que quiso que una bala
no saliera por la inteligencia
de Dios.
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