lunes, 11 de mayo de 2020

Sólo, a mi misma



Me declaro en estado de desobediencia,
ante las leyes que promulgan los autoritarios,
los genocidas, los oligarcas.

Me declaro en estado de rebeldía,
ante las circunspecciones de los necios
los descreídos, los imbéciles.

Me declaro en estado de libertad
permanente, a lo que confiere mi
conciencia y mi más sentido crítico.

Me declaro en estado de reconocimiento,
mediante mis letras, que sulfuran todas
sus creencias y las convierten en verdad pura.

Me declaro subversiva ante el estado
totalitario de este nuevo orden impuesto
por los de afuera.

He dicho, no controlarán mi mente
ni mis pasos, a nadie le debo nada
sólo a mi misma.

martes, 28 de abril de 2020

Me haces falta



No puedo dejar de pensarte,
eres como una lanza que se incrustó,
en el lado izquierdo de mi pecho,
ahí donde me haces falta,
en el lado del corazón.

No puedo dejar de imaginarte cerca de mí
que estamos juntos, muy juntos el uno del otro,
besándonos, acariciándonos, haciéndonos el amor.

No puedo dejar de quererte,
 para todo y para nada,
para todo lo que nos haga felices,
 y para nada que nos haga doler.

No puedo dejar de pensarte,
de imaginarte, de quererte,
porque me haces falta, mucha falta.




lunes, 6 de abril de 2020

Algún día


El encierro me asfixia,
me perturba, me condena,
a esta soledad no elegida
pero consensuada.

Me trastorna el vacío
de mi mente y mi corazón.

La soledad es infinita, innegociable.

Me digo a mi misma,
que estaremos bien ,
pero no me lo creo,
la certeza es la soledad.

Esta soledad que no termina
nunca,
que no se quiere ir al encuentro con otro
y ese otro no está, no aparece.

Es la cuarentena obligatoria
lo sé, ya pronto pasará,
pero mi soledad es de hace años,
que ya perdí la cuenta.

Es mi consuelo saber que algún otro me leerá,
me descifrará , me amará.

Hoy no, pero tal vez algún día.

sábado, 14 de marzo de 2020

Mi coronavirus


Eres mi coronavirus
ese virus letal del que quiero alejarme
y no me deja hacerlo.

Ese virus que ronda por cada parte
de mi cuerpo y me somete a la muerte.

Ese virus contagioso que invade mi
respiración y acelera mi corazón.

Ese virus que no tiene cura y va
mutando por cada parte de mi cuerpo
hasta desvanecerse.

Ese virus que me mata de a poco
y no entiende de remedios de amor

Eres mi coronavirus del que no me
puedo alejar.

viernes, 14 de febrero de 2020

Ya no me queda nada



Desenamorada de la vida,
de todo lo que rodea al amor.

Llorando cenizas de sangre en
silencio  y a los gritos por tanta soledad.

Soledad que me acurruca, que me envuelve,
que me aprisiona, que me deshace.

¿Por qué te fuiste tan lejos alma mía,
a surcar por los desiertos del amor?

Por tanto y tan poco hubiera querido
besarte en la frente, para que te dieras cuenta
de cuanto te amaba.

Ya no queda nada, sólo la soledad y la
frustración de un sol postergado en su ocaso.

Ya no me queda nada,
nada.


Tu presencia

Todos los días, espero que sean las cinco de la tarde, para, así, escuchar tu voz.   Llevás más de cien días de encierro, fue tu c...