La soledad acontece,
en cada rincón de la casa.
Se escuchan gemidos,
de alguien que está muriendo.
Y es, ésta mi alma,
de tanto esperar por el amor.
Amor que no se encuentra,
no aparece, parece ser,
casi imposible encontrar,
otro corazón con el mismo latir.
Mientras tanto,
las palabras son mudas,
las letras mueren de soledad.
Díganle a alguien,
donde vivo,
para deshacer esta soledad,
imfinita.
Tu sexo erotiza mi piel,
la convierte en llamas ardientes,
de deseo.
Basta que me digas una sola
palabra apócrifa, para sumergirme
entera en el éxtasis de tu fuego.
Me perviertes, me corrompes,
me asfixias, me condenas,
a esta pasión desgarradora,
de sentirme tu esclava,
en esta noche.
La noche se enciende de placer,
mis gemidos rompen ventanas,
y tu miembro me lleva a la locura.
No pares de poseerme,
no me obligues a aniquilarte,
de pasión.
Tu sexo me puede,
me hace tiritar de escalofríos,
que terminan con un orgasmo.
No me dejes sola,
en este juego de placer,
que me seduce tan plácidamente.
que se hace carne viva,
en mis adentros.
Me deja estupefacta
de emociones,
de sentimientos,
de tanto dolor.
No encuuentro
a nadie a mi alrededor.
La casa está vacía,
tan vacía que se escuchan
los ecos de mi llanto.
La soledad me paraliza,
me condiciona a vivir entre cuatro paredes,
que se desmoronan de tanta deshazón.
No espero a nadie,
nadie me espera.
¡Cuánta tristeza siente mi alma hoy!.
