En la noche más
obscura,
sin edad, sin
tiempo…
Busco complacerme
de algún
gesto promiscuo
que se acerque a mí
rogando por mi
celo.
Rogando sin
pausa, ligero de
ropajes y a destiempo.
Susurrando en mi espalda
casi al filo de
mi deseo
besándome capa a
capa
sacudiendo todos
mis extremos.
En la noche más
obscura
encuentro tu
deseo en mi pecho
entre espinas y
jadeos.
Llegando al
éxtasis de la
locura, salpicándonos
de desenfreno.
Y así será la noche más procaz,
de nuestro encuentro…
donde yacerán fieles y orgásmicos
nuestros sexos,
nuestros
compulsivos sexos,
honrando a la luna
y a todos sus
desvelos.
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