Los miedos afloran intrèpidos,
las azucenas pierden su aroma,
y los pinos sus raices profundas.
Las mariposas ya no vuelan,
los sauces dejan de llorar,
y los pàjaros abandonan su nido.
Las estrellas no brillan,
el tiempo se extingue,
la nueva raza comienza.
¿Estaremos preparados?,
¿Lograremos la armonia,
el amor y la paz en la Tierra?.
Pregunta al corazòn,
a la incertidumbre de la humanidad,
por siglos y siglos de tempestad.
¿Seremos capaces de transformarnos?,
¿Daremos valores a nuestras creencias?,
¿Haremos empìricas nuestras ideologìas?.
Pregunta al alma,
del corazòn de cada uno,
de la inmortalidad de nuestros cuerpos.
No dejemos morir nuestra raza,
si haber sabido asimilar,
nuestras admirables ò paupèrrimas causas.
domingo, 2 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Tu presencia
Todos los días, espero que sean las cinco de la tarde, para, así, escuchar tu voz. Llevás más de cien días de encierro, fue tu c...
-
Juré un jamás a tus ojos -jamás escribir para ti- Los años pasaron tan veloz y drásticamente que mi infinita soledad no ...
-
Lejos de ser una quimera, el canto del ruiseñor se convierte en ley, en impostura, en premonición, en escándalo y escupitajo. ...
-
Entre mis brazos, ya no hallarás más soledad. Tus heridas desaparecerán, con tan sólo, un beso mío. Junto a mí, tu adicción,...
No hay comentarios:
Publicar un comentario