Lejos de ser una quimera,
el canto del ruiseñor se convierte
en ley, en impostura, en premonición,
en escándalo y escupitajo.
se convierte en un grito de salvación,
y exaltación,
en grito de amor.
y sacude con su canto encantado,
innumerables propósitos antes ya,
heredados.
resquebraja caminos llanos,
rodea terrenos turbios,
pedregosos y obstinados,
buscando desequilibrar las
leyes del tiempo y del espacio
nunca antes, por ningún humano,
consensuado.
el canto del ruiseñor no es ágil,
adivinatorio, ni tampoco,
puro espanto.
es un canto de coraje,
a golpes marcado,
por su propio destino,
escrito de antemano.