Me declaro en
estado de desobediencia,
ante las leyes
que promulgan los autoritarios,
los genocidas,
los oligarcas.
Me declaro en
estado de rebeldía,
ante las
circunspecciones de los necios
los descreídos,
los imbéciles.
Me declaro en
estado de libertad
permanente, a lo
que confiere mi
conciencia y mi
más sentido crítico.
Me declaro en
estado de reconocimiento,
mediante mis
letras, que sulfuran todas
sus creencias y
las convierten en verdad pura.
Me declaro
subversiva ante el estado
totalitario de
este nuevo orden impuesto
por los de
afuera.
He dicho, no
controlarán mi mente
ni mis pasos, a
nadie le debo nada
sólo a mi misma.