Estos días sin hablarte,
fueron de eterna agonía.
Extrañaba el tono de tu voz,
que hace palpitar, cada latido
de mi corazón.
Desearía que estuvieras,
aquí, conmigo y comernos
a besos.
Ya sé que falta poco
para que salgas del encierro,
pero yo, te amo tanto que
no puedo esperar,
ni un segundo más.
Quisiera tenerte entre mis brazos,
consolarte, vivirte, palparte.
Te extraño tanto, vida mía,
que los días parecen eternos
y mis ganas de verte se acrecientan,
cada día más.
Tengo fe en que saldrás,
de todo esto y todo
estará
bien entre nosotros dos.
Pintaremos el cielo de violeta,
y seremos felices,
para siempre.
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