a mis ojos, que
se mueren,
por verte.
No les seas tan
esquivo
a mis labios, que
ya se muerden solos,
por imaginar
besarte.
No estés a la
defensiva de mi corazón
que late, tan sólo late, de tanto
amarte.
No huyas de mi
cuerpo que se
desenreda y
enreda, solo, en mi lecho
de tanto
desearte.
No me seas
indiferente, amor,
no llegues tarde
a nuestra cita,
que se me mueren
los sentidos
de tan sólo
imaginarnos juntos,
amándonos,
y que la angustia
de una vez y para siempre
a mi corazón, desampare.