miércoles, 7 de marzo de 2012

Vómito social


Noto una contrariedad sugestiva, digestiva y hasta vomitiva al respecto de la situación social en todos sus parámetros. Creo que si los estándares tienen que ser elitistas, pulcros, puritanos y democráticos, la leyenda futurista del proletariado contra la burguesía nunca se debatiría a muerte en los callejones filosóficos contemporáneos. 

Cabe destacar que no me refiero de una revolución de amor o de paz sino más bien de una guerra, una batalla altamente heroica del proletariado contra la clase burguesa.  Pero si… todos entendemos que las fabricas, las industrias y las empresas siguen siendo motivo de debate público y de grandes alcancías de beneficios y ganancias para los señores burgueses del siglo XXI.

Con el fenómeno de la plusvalía, El obrero, trabajador y luchador social sigue siendo motivo de escándalo por la explotación y el desinterés de su salud física hasta tal extremo que rinde culto para quien trabaja, como si este fuese un dios o algo parecido a un familiar autoritario tratando de poner en énfasis que la sociedad tiene que ser normal o ser encerrada en un manicomio.

Estamos en una vorágine de pautas a seguir, de conceptualidades vanas y dispares que van hacia un mismo encuadre psicótico nacional. Trabajar para vivir, trabajar para desear, trabajar para soñar y soñando por bailar….es una lisa y llana definición de la situación actual y de lo que queremos realmente.

Y esto último pareciese doblegado a continuar siendo solo una utopía no resuelta aun, nunca estimulada ni propulsada por nada ni nadie. Sigamos construyendo obreros y poniendo prisioneros a los libres pensadores. Sigamos explotando a la masa social y confundiendo a la masa que se mata voluntariamente. Sigamos entonces en soñando por bailar y bailando al vaivén de esta sociedad. 

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