viernes, 14 de febrero de 2020

Ya no me queda nada



Desenamorada de la vida,
de todo lo que rodea al amor.

Llorando cenizas de sangre en
silencio  y a los gritos por tanta soledad.

Soledad que me acurruca, que me envuelve,
que me aprisiona, que me deshace.

¿Por qué te fuiste tan lejos alma mía,
a surcar por los desiertos del amor?

Por tanto y tan poco hubiera querido
besarte en la frente, para que te dieras cuenta
de cuanto te amaba.

Ya no queda nada, sólo la soledad y la
frustración de un sol postergado en su ocaso.

Ya no me queda nada,
nada.


Tu presencia

Todos los días, espero que sean las cinco de la tarde, para, así, escuchar tu voz.   Llevás más de cien días de encierro, fue tu c...